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Nave Alfa, February 21, 2010

Impresión artística de la Nave Alfa

¡Saludos desde la Nave Alfa!

Son muchas ya las personas de su planeta que están despertando a la nueva realidad. De hecho, siempre ha habido una sola Realidad, lo que pasa es que cada criatura la vive de una forma determinada. No es lo mismo la ‘realidad’ para una hormiga que para un elefante, para una ballena, para un pájaro o para un ser humano. Cada cual vive y siente la vida – su vida – de acuerdo a las experiencias que tiene, al medio en que se mueve, a las circunstancias que lo envuelven, etc. De igual manera, no vive la ‘realidad’ igual un cantante de ópera que está recibiendo una ovación tras un recital exitoso, que un condenado a la pena capital en el corredor de la muerte, mientras espera su ejecución.

Entonces, ¿cuántas realidades son posibles, una, dos, miles, millones? Lo que difiere es la forma en que la aprecia el testigo; como dice el aforismo, “todo depende del cristal con que se mire”. Pero la realidad, es aquello que es real, aquello que es verdadero, independientemente de lo que perciba cada individuo o cada ser viviente como real. La verdad es que lo único que es real es Dios. Todo lo que vemos, oímos, olemos, degustamos y tocamos no es sino nuestra percepción del escenario que Él ha diseñado, todo lo que comprende Su creación. Nuestros sentidos, ya sean los cinco sentidos físicos, como otros más sutiles que se emplean en planos o dimensiones más sutiles, nos transmiten la percepción de lo que estamos registrando, percepción que podría ser falsa, no ser auténtica, no ser real. Entonces no estaríamos viendo o percibiendo la Realidad, sino una realidad subjetiva, producto de nuestra mente.

De la misma forma, si algo que estamos degustando, por ejemplo, una aceituna, está demasiado amarga, o probamos un vino que está avinagrado, nuestra reacción será de desagrado, de repulsión. Puede que un amigo suyo les presente a otro amigo de él; tal vez esa persona les caiga mal, porque les parece demasiado altiva, o algo antipática, o puede que muy vulgar. En el primer ejemplo, tuvimos una reacción desagradable utilizando el sentido del gusto; en el segundo, sentimos un rechazo desde el punto de vista de nuestra mente. Ambos son herramientas que tenemos; hacemos uso de ellas porque nos ayudan a interactuar con el ambiente que nos rodea, o en otras palabras, con el mundo exterior. Por eso podríamos decir que la mente es como nuestro sexto sentido, que además nos permite emitir juicios de acuerdo a las situaciones que vivimos, y nos hará determinar si la experiencia que estamos viviendo es positiva (y por tanto nos hace felices) o es negativa (y nos hace sentir muy desdichados).

A lo que voy, mis queridos hermanos, es que nuestra mente es como una ventana al mundo exterior, que hace que lo que nos rodea nos haga sentir bien o mal, en otras palabras, felices o desdichados. Por lo que deducimos que para ser feliz, todo depende de la forma en que nosotros percibamos la realidad. De manera que nuestra felicidad, la de todos los seres humanos, como seres pensantes y con libre albedrío, no depende tanto de las situaciones que vivimos (aunque obviamente también influyen algo), sino depende en mayor medida, de cómo nuestra mente siente y analiza las impresiones, los inputs que nos llegan del exterior.

¿Por qué una persona reacciona de una manera ante un hecho que le acontece, y otra persona reacciona de forma totalmente distinta ante el mismo hecho? Un hombre que estaba psicológicamente perturbado estaba paseando por la calle, y se acercó a otro hombre y le propinó una bofetada. El abofeteado entró en cólera ante lo que sintió una agresión injustificada y le devolvió el golpe, con más fuerza aún. El hombre perturbado se acercó entonces a otra persona, y le atizó otra bofetada. La víctima se sintió ofendida por ese ataque súbito del loco y comenzó a gritarle y a increparle, levantando el puño hacia él, pero sin agredirle. Nuevamente, el mismo hombre se abalanzó contra una tercera persona y volvió a golpearle en la cara. El agredido se dió cuenta de que ese hombre estaba desequilibrado y que no era consciente de lo que hacía, así que no le devolvió el golpe, ni tampoco se enfadó, e incluso le preguntó si precisaba ayuda.

Las tres personas vivieron la misma experiencia, pero los tres tuvieron una reacción muy distinta. Los seres humanos de este mundo son así, unos contestan a sus semejantes de acuerdo al “ojo por ojo, diente por diente”, otros más evolucionados se enfadan, aunque no lleguen a agredir, y finalmente los espiritualmente más avanzados son los que ayudan a los demás, manteniendo el control de sus emociones y ofreciendo su ayuda incluso a los que les ofenden, llevando a la práctica la sublime enseñanza de los Maestros de Sabiduría, como el Maestro Jesús, ser cósmico sublime y ejemplo vivo del amor, la compasión y la misericordia, cuando enseñó a sus discípulos que ofrecieran la otra mejilla si fueran abofeteados por alguien.

El amor y la inofensividad, así como el deseo de ayudar, son sentimientos que provienen de nuestro interior, que brotan del corazón espiritual, y surgen espontáneamente del hombre evolucionado. Así será, en verdad, el ser humano que pueble la Nueva Tierra, una vez que hayan pasado las tribulaciones y él renuncie a vivir una vida egoísta, para dedicar todos sus esfuerzos a ayudar a sus demás hermanos en todo aquello que bienamente pueda.

En Amor y Paz,

el Comandante Sohin de la Nave Alfa

Channeler: Kris-Won


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